Sesión de Reiki


¿En qué consiste una sesión de Reiki? 

Muchos terapeutas realizarán la sesión en una sala en silencio y casi siempre se armonizará ese espacio tranquilo con música relajante, luz tenue y aromas agradables. Aunque esto, no es indispensable. Evidentemente, si no están estos elementos, Reiki funciona igual. Reiki funciona siempre, lo hagamos como lo hagamos y bajo cualquier circunstancia.

La sesión puede durar unos 45 minutos aproximadamente.

Una sesión de Reiki consiste básicamente en una relajación profunda. La persona que da la sesión va poniendo sus manos sobre los distintos chakras y zonas a tratar, desde la cabeza hasta los pies y la Energía Reiki fluye. 

La persona que recibe la sesión, no necesita más que estar vestido lo más cómodo posible y tumbarse en la camilla o permanecer sentado, si así lo desea. 

Muchas personas se quedan dormidas a lo largo del proceso, porque pasados los primeros 5 ó 10 minutos empiezan a sentir un estado de relajación muy intenso.

Reiki es muy personal y cada uno lo vive de una forma diferente. Lo más frecuente es que sientas calor agradable en la zona en la que el terapeuta te está poniendo las manos, hay personas que notan cosquilleo o frío. Al principio de la sesión, es posible que se acelere un poco el corazón, es normal, no te asustes, rápidamente notarás como las pulsaciones van bajando hasta que tu respiración sea lenta y profunda, típica del estado de relajación que proporciona Reiki. Incluso hay personas que no sienten nada!!! No importa, no tenemos que sentir nada especial, tenemos que dejar que la energía fluya, con eso es suficiente. 

La energía Reiki trabaja en un nivel muy sutil y puede a menudo tener resultados profundos, que llegan a ser evidentes en los días o las semanas siguientes. La energía actuará donde más se necesite y trabajará en todos los niveles -físico, mental/emocional y espiritual-.



¿QUÉ ES LA CRISIS DE SANACIÓN?

Ocurre algunas veces que, aunque es muy beneficioso, después de la primera sesión de Reiki aparezca la llamada "crisis de sanación". Se trata de un malestar leve que aparece después de haber movido energía. Reiki se encarga de equilibrar las energías desajustadas en nuestro cuerpo y la primera vez que lo hacemos es posible que, debido a ese reajuste, tengamos algún síntoma de malestar una vez haya terminado la sesión. Podemos sentir dolor de cabeza, algún mareo, irritabilidad, sensibilidad excesiva, sensación de pesadez...

Una crisis de sanación es un proceso que se activa en nuestro ser, mediante el cual el cuerpo físico libera toxinas acumuladas en nuestros órganos y el cuerpo mental-emocional libera emociones o pone de manifiesto patrones de pensamiento que nos son nocivos. Desaparecen a las 24 horas, como tarde, a los pocos días siguientes y es bueno que aparezcan! eso quiere decir que la energía se está ajustando y está saliendo todo aquello que debe salir. Es como cuando te das agua oxigenada en una herida, al principio escuece y es buena señal, al poco tiempo desaparece el malestar y va cicatrizando. 

Se pueden hacer sesiones individuales para obtener una profunda relajación y sensación de bienestar momentáneo, o bien el tratamiento de cuatro sesiones, donde se trabaja más a fondo para sacar a la persona que recibe Reiki de algún estado de desarmonía. 
Al finalizar éste tratamiento se podrán tomar sesiones individuales con la frecuencia que la persona  necesite. 

Se aumenta tu energía y tus ánimos, dándote un punto de vista más positivo.

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