Nuestras actitudes dan forma a nuestro mundo


Enfrentando la vida con la cabeza en alto y una sonrisa en el rostro atraeremos hacia nosotros toda suerte de personas y situaciones afortunadas. Nuestras actitudes dan forma a nuestro mundo, lo cual no significa que no vayan a presentarse problemas. Pero podemos considerarlos como magníficas oportunidades de crecimiento personal, como verdaderos dones que estamos preparados para recibir. 

Cuando el alumno está listo, aparece el maestro. Los escollos nos impulsan a ir más allá de nuestra consciencia presente y nos enseñan que somos más fuertes de lo que creíamos. Nuestra capacidad de resolver problemas mejora nuestra autoestima.
 
Enfrentar negativamente el día es una forma segura de complicar las experiencias que se nos presenten. Un simple malentendido puede crecer hasta convertirse en una situación difícil cuya solución requiere la energía de muchas personas. Y, al contrario, una actitud paciente, confiada y amorosa es capaz de convertir cualquier situación grave en una experiencia de aprendizaje positivo para todos.
 
¡Qué grandes son hoy mis posibilidades!
Saldré adelante sintiendo amor y crearé un día agradable para mí y para todos aquellos con quienes me encuentre.
 
Fragmento del libro: "Cada día un nuevo amanecer"


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